José María Pérez Martel
IES San Sebastián de La Gomera, Santa Cruz de Tenerife
Notas sobre la recepción de Esquilo en Bizancio.
El papel desempañado por Bizancio en la transmisión de la literatura griega clásica fue sumamente importante y decisivo. La escuela bizantina, elemento esencial en esta transmisión,  estableció una selección de autores clásicos que fueron leídos, comentados y estudiados por alumnos, maestros y eruditos filólogos.
De la tragedia de época clásica la escuela seleccionó las tres obras más representativas de cada autor, las llamadas “tríadas bizantinas” –en el caso de Esquilo fueron Los Persas, Prometeo encadenado y Los Siete contra Tebas-, y creó una serie de instrumentos gramaticales para explicar y comprender mejor los textos clásicos: entre los más importantes están los epimerismos, la esquedografía, la erotapocrisis, géneros todos ellos parcialmente editados y pendientes de estudiar con una metodología moderna.
Estos métodos exegéticos escolares, y otros menores, junto con los monumentales   creados entre los siglos IX y XIII, sirvieron de fuente de la que bebieron los grandes corpora de comentarios griegos medievales, los scholia neotera, recentiora o byzantina, también llamados Comentario B, para diferenciarlo del A, o uetera, que comprende todos los escolios y glosas hechos desde la Antigüedad hasta el siglo XII-XIII aproximadamente.
Para Esquilo conservamos escolios bizantinos de la tríada y del Agamenón y Euménides. Aunque podemos suponer que algún filólogo como Juan Tzetzes pudo escribir escolios a Esquilo, es a los cuatro grandes eruditos de la época de los Paleólogos –Máximo Planudes, Manuel Moscópulo, Tomás Magistro y Demetrio Triclinio- a quienes se les ha atribuido la labor de compilación, recensión y creación de glosas y escolios de las tragedias de Esquilo entre los siglos XIII y XIV.
El objetivo de la comunicación es presentar un análisis hecho del contenido de los escolios bizantinos de las tragedias de Esquilo, especialmente los de la tríada. Dicho análisis nos permitirá conocer los diversos intereses exegéticos –generalmente gramaticales, métricos, hermenéuticos, mitológicos, semánticos y relativos a crítica textual- de los comentadores, la técnica escoliográfica que utilizaban y, en definitiva, qué aspectos de la producción dramática de Esquilo suscitaron el interés y contribuyeron a la formación clásica de los bizantinos.